Sed... [Raziel]

Aún recuerdo a aquel chico que me transformó y desapareció dejándome indefensa ante éste mundo, en el cual el que sobrevive es el más fuerte, sin entender que debía hacer ahora... únicamente dejándome llevar por mis instintos asesinos y consiguiendo todo lo que me proponía por el momento.´

Por ningún motivo especial me dirigí a New York, quería comprobar el mito del mismo, la gran manzana... desde Washington tomé el primer bus, me senté casi en el fondo, junto a la ventana, nadie se atrevió a sentarse a mi lado... ¿Quizás mis acompañantes de viaje vieron mis preciosos ojos color rubí o tal vez los negros color carbón?, me daba igual, morirían todos si me perturbaban...

Una vez allí, saqué la cajetilla que guardaba en el bolsillo trasero de mis vaqueros, tan solo me quedaban 3 miseros cigarrillos... ya conseguiría otra cajetilla por mi cuenta, cogí uno y lo prendí con el dedo mientras sujetaba éste con los labios, me dirigí al Central Park, Manhattan... hasta ahora no había tenido el placer de estar aquí.

Entre tantos edificios había una gran extensión de naturaleza, bosque, un gran lago... y muchísima gente, podía oír como sus corazones suplicaban que fueran asesinados por mi, a cada latido que oía tenía más sed, que irónico... me senté bajo la sombra de un par de árboles y observé con curiosidad a las personas que me acompañaban... padres, madres, niños... familias felices... ¿Sería una verdadera lástima que llegara yo y les quitase tanta felicidad?... a todo ésto pude sentir allí otro vampiro igual que yo, éso me hizo sonreír, no estaba sola.

New York, La gran manzana, o eso decían. Dando uno de mis habituales paseos por Central Park, notaba como poco a poco, iba percibiendo cada vez más la presencia de uno de mi especie. Empezé a dar vueltas para ver si lo encontraba, hacía mucho tiempo que no hablaba con uno. No le conseguí ver, así que perseguí a uno de aquellos miserables y putrefactos humanos, que solo sirven para una cosa, para alimentarme.

Andaba como si buscase algo. Y me dí cuenta, de que, cuanto más me acercaba a él, más percibía a aquel ser de mi especie. ¿Sería aquella figura un vampíro?

Derrepente tuve un flashback. En aquella visión ví ese rostro de la persona a la que perseguía y en ella, sus ojos rubios cual rayos de sol. No era un ser humano. Sin embargo no tuve una sola visión de aquel momento. Pero aquellas visiones no terminaban muy bien.

Entonces me acerqué como en aquella visión.
Hola, por fin uno como yo.

Seguí deleitándome con el dulce olor de la sangre de aquellos humanos, entre suspiros y caladas vi a un chico acercándose a mi, era bastante guapo y su piel pálida y sus ojos dorados le delató bastante, él no seguía mi dieta, lástima.

-Hola -Saludé mientras volvía a dar otra calada intensa a mi cigarrillo y le echaba el humo con diversión al recién llegado. -Ya veo que somos diferentes, no compartimos ciertas costumbres... -Comenté con una sonrisa. -Por lo que veo aquí no hay muchos como nosotros o será que se esconden muy bien. -Reí mientras lo examinaba con curiosidad.

Mientras ella me hablaba me prendia humo sobre mi rostro, cosa que no me cayó muy bien al principio pero que luego cogí el vicio.

Mientras ella me seguía hablando, yo me iba fijando en cada minúscula centesima parte de su cuerpo; sus ojos, sus labios, sus dientes, su pelo...

Entonces me acerqué a ella y interrumpiendole su calada le dije.-¿Por qué no damos un paseo? Estar quieto me aburre.

Aquel chico parecía incomodo cuando le echaba el humo de mi cigarrillo, luego pareció acostumbrarse... en cierto modo yo era masoquista, ya que el tabaco lo único que me causaba era más sed, estaba deseando el momento de poder desaparecer para dar caza a algún estúpido humano y si era de los bajos fondos mejor. Ser neófita también tiene sus consecuencias.

Sonreí por lo que dijo y me levanté. -Está bien, pero no te prometo comportarme. -Reí. -Por cierto, me llamo Catalina. -Me presenté, en cierto modo no hacía falta que lo hiciera, pero tenía curiosidad de saber el nombre de mi acompañante.

La ví deseando larguarse para poder caza a algun humano, supuestamente. De la forma que la veía sabía que era una neofita.

Ya lo sabía, yo soy Raziel, pero puedes llamarme Razz.

En cierto modo, en ese momento no tendría que seguir ahí. Segun mi visión. Pero me daba igual.

¿Te acompaño hacia algun lado? Ahora mismo no tengo nada más que hacer.

No era cierto, estaba muy ocupado, pero que mejor que un poco de diversión y así conoceré a aquella mujer desconocida.

Él seguía mirándome de una forma extraña, como si esperaba encontrarme allí o algo así, seguramente sería imaginaciones mías... -¿Lo sabías? -Pregunté con curiosidad. -Encantada Razz, tú puedes llamarme Cata. -Sonreí mientras comencé a caminar mirando con atención y disimulo a mis víctimas... buscando a la indicada, con suerte su sangre estaría limpia y me sería más fructífero matarla, era ella o yo y claramente yo iba por delante, cosas de supervivencia... el más fuerte sobrevive y el más débil sirve de sustento al fuerte.

El chico preguntó si me dirigía a algún sitio en especial, yo negué. -Podemos dar una vuelta turística o vamos donde quieras, tú eliges Razz. -Dije con diversión, solo quería beber sangre, ¿El sitio?, era lo de menos.

La veía como muy nerviosa. Formaría un escandalo con cualquier humano. Su mirada era...penetrante.
-Te sigo Le dije sonriendo. Haber a que sitio me llevaba. Podría ser un oscuro callejón sin salida donde iba a acorralar a su siguiente víctima, o podría ser su casa.

De momento no veía nada, y ella se había quedado un poco pillada por lo que le dije. Supongo que tardará en darse cuenta de mi don. No digo que los neofitos sean cortos, sino que son "novatos".

-Soy nuevo por aquí asi que no hagas perderme Solté sin quererlo ni beberlo una sonrisa pícara.

Esperé con impaciencia a que Razz se decidiera, se decantó porque le guiara, mal elección... ya que yo no había estado jamás aquí y lo único que me guiaría sería el olor a sangre, ésa que ansiaba, más bien ansiaba su dulce sabor, el único elixir que podía calmar mi sed voraz y casi insaciable, a cada gota que probaba mi cuerpo me pedía más, no creo que halla otro camino... siempre tendré que alimentarme de personas culpables e inocentes, o éso creía.

-Está bien. -Sonreí con dulzura, la poca que me quedaba y continué nuestro pequeño paseo admirando a las gentes nuevamente, las felices familiar... me daban arcadas, aunque éstas desaparecían al segundo por su dulce y embriagador olor. -Aunque debo confesarte que no tengo ni idea de hacía donde acabaremos... -Sonreí con algo de maldad, malévolamente. -Ya sabes que uno no se puede fiar de una neófita. -Murmuré sordamente, en un tono en el que solo él podría oirme.

Era increíble. Esta mujer atacaría a cualquiera que se pasára por delante. No querría que formáse un escándalo estando yo junto a ella.
-No crees que hay demasiada gente.

Tendría que detenerla si se le ocurriría alguna locura. Pero eso solo podría desvelarme algun aspecto de su futuro.
-Hay un camino mejor que este que tu sigues. Morder el cuello a la gente esta pasado de moda. Y además, te aceleras y solo deseas tomar más.

Sabía que que por donde ella cogíera en su futuro, no sería igual que el mio.

A mi acompañante se le cambió el semblante totalmente, éso me hizo sonreír divertida, más bien pícara, la idea de poder escandalizarle alteraba cada una de mis terminaciones nerviosas. -No me importaría matarles a todos... -Murmuré lamiéndome los labios. -Pero claro... éso va en contra de tus principios, suficiente tienes con soportar verme probando sangre humana, es una tentación para ti... -Comenté riéndome. -¿Ah sí? -Pregunté curiosa cuando estallé en una carcajada, ¿Pasado de moda?, que escusa más... tonta. -Yo no sigo la moda, lo hago por instinto, por saciarme... no por moda, más bien por placer. -Volví a sonreír mientras presencié una escena un poco grotesca, era una pareja que estaban discutiendo al final del parque, al rededor de ellos no había ni un alma, comprensible ya que estaba oscureciendo... el hombre golpeó a la mujer tan fuerte que ésta cayó al suelo, miré a Razz. -¿Te parece que ayudemos a esa pobre e indefensa mujer? -Pregunté, no esperé respuesta, desaparecí de su lado para aparecer en frente del hombre, protegiendo a la mujer, con una postura ofensiva, gruñí mostrándole mis colmillos. -No sabes el gran tesoro que tienes hasta que lo pierdes... -Una vez dicho ésto le agarré del cuello y lo estampé contra el suelo, inmovilizándolo, él gimió de dolor y entre sollozos me pedía clemencia. Me limité a observarle, de un momento a otro atacaría su garganta...

"No era por moda". Sabía que tarde o temprano se convertiría, aunque no lo alla visto. Cuando atacó a aquel homre no pude limitarme a hacer más que desviar la mirada hacia el sentido contrario y seguir caminando...Pero aun seguía atento por si hacía alguna tontería con la mujer. Era eso o pasar de ella. Me decantaba más por la primera.-Porque no nos vamos ya Cata. No podía resistir tanto viendo como tomaba, gota a gota, ese licor que para mi solo era un frenesí, y ella lo tomaba como....un caramelo. Cuando terminó de secar a ese hombre, ví como se acercaba hacia a mi. Al fin y al cabo, esta neofita no paraba de sorprenderme.-Me alegra mucho que hayas ayudado a esa mujer. Cuando terminé de hablar con ella, fuí directo hacia la mujer para llevarmela con nosotros y Cata fue a por el hombre para retenerlo. Ahora si que no sabía hacia donde iba.

Me extrañó no sentir a Raziel a mi espalda intentando que evitara lo inevitable, ¿No le molestaba?, en verdad había hecho justicia... estaba evitando que aquel estúpido pegara a su pareja, el imbécil... otro acto de machismo, no lo soportaba, ¿Sería mi humanidad que volvía a aparecer?, hice presión en el cuello del hombre para que callara, mientras Razz decía que nos fuésemos... no le hice caso, me acerqué al cuello de aquel con una sonrisa. -No te dolerá... mucho. -Murmuré lamiéndome los labios, al segundo clavé mis fauces en su garganta, bebí con frenesí, sentándome en su abdomen mientras ignoraba a los que se encontraban allí, a la mujer y a Razz, por fin mi sed se saciaba, por el momento... Cuando lo vacié me levanté y lamí mis labios manchados del aquel sabroso elixir, miré a Razz con una sonrisa. -No podía permitirle aquel lujo... el de menospreciar a una mujer. -Dije casi gruñendo, Razz se acercó a la mujer que yacía en el suelo aterrada, se levantó y siguió a Raziel -No le quedaba otra-. Tomé el cuerpo de aquel bruto y me lo coloqué en el hombro derecho, les alcancé enseguida, -Razz, tengo que deshacerme de éste estúpido... ¿Crees que dirá algo de lo sucedido? -Pregunté refiriéndome a la mujer, ésta caminaba con nosotros con la mirada perdida, no había dicho ni mú desde entonces.

Mientras Cata acababa de terminar su fantástico manjar, yo estaba hablando con aquella mujer que, ya estaba asustada desde que aquel hombre, que ya hacía en el suelo pidiendo clemencia, casi la maltrataba. -Tranquila...ya a acabado todo. Mientras decía esto, acariciaba su brazo, diferente al nuestro por su calor corporal, para que surgieran dos efectos, el primero relajar a aquella pobre mujer, y segundo, visualizar la constestación de la mi duda que le iba a formular en aquel mismo momento. ¿Le dirá lo que ha sucedido a alguien?. -Tendrias que hacernos u favor... no podemos permitir que esto salga a la luz, comprendenos. Ví como ella desviaba la mirada y mientras cerraba los ojos, pronunció las palabras -Gracias. Ese fue el gesto que me izo decantar por que la mujer no le diría a nadie lo sucedido, de todos modos, la habíamos ayudado. Ví como se acercaba Cata, y a su vez, yo tambien a ella. -No dira nada, podemos estar tranquilos. Le dije, cuando ya estabamos unidos el uno del otro.

Asentí por lo que dijo Razz, ella no diría nada, nos guardaría el secreto y... ¿Se lo llevaría a la tumba?, éso esperábamos o al menos yo, aunque no me importaba mucho que el rumor corriese libre, ¿Qué diría? -Hola perdonen, e visto como una chica mataba a mi esposo el que me estaba pegando... Já, irónico.- Miré a Razz. -Podrías preguntarle donde vive o algo así y acompañarla a casa... yo mientras tanto me desharé de éste espécimen, nos vemos luego... -Sonreí inocente y corrí a una velocidad vampírica hacía el lago, me tiré de cabeza en éste con el hombre aún a mi espalda. Nadé hacía lo más profundo del lago, me fastidió no encontrar nada allí abajo para usarlo de contrapeso, ya que yo buscaba algo de peso para que el cadáver no subiera a la superficie, tenía intención de abandonarlo allí. De pronto dí con lo que buscaba, una roca de tamaño considerable. Excavé un gran y profundo agujero en la arena, dejé caer ahí a mi "víctima", luego rápidamente me dirigí donde se hallaba la roca y la cogí en peso, la transporté hacía donde estaba el cadáver, éste estaba flotando lentamente hacía arriba. Lo impulsé hacía abajo con una pequeña patada y dejé caer la roca sobre el mismo. Modifiqué un poco el terreno con el pie para que no se notara la diferencia, luego tapé el lugar anterior donde yacía la roca y subí a la superficie, ni Razz ni la mujer estaban ya allí, salí del lago y respiré profundamente, di con sus olores y los seguí. Al poco rato les encontré cruzando una calle, me acerqué a ellos con naturalidad y miré a Razz. -Todo hecho. -Sonreí.

Supe al instante donde vivía la mujer. Entonces fui por donde ella me dijera. Mire hacia atrás y ví sumergirse a Cata en el agua con el cuerpo a cuestas. -Un día movidito ¿Eh?. Le dije, con una sonrisa de oreja a oreja, a aquella mujer mientras cruzabamos por una calle. -La verdad es que ha sido un día de bastantes sustos. Entonces llegó Cata y cuando dijo Todo hecho, me alegré. Mire a la mujer, la cual tenía un poco la mirada perdida y le pregunte. -¿Te ha sucedido algo más que lo de nosotros? y otra pregunta, ¿Por que ese hombre quería pegarte?. Se hizo el silencio. La mujer no contesto por el momento. Cata y yo nos mirabamos con una mirada de intriga. Esa mujer nos había dejado en ascuas.

Desde lejos parecían conocidos de toda la vida, irónico que sea sólo de... ¿5 minutos?. Razz preguntó algo a la mujer, ella ni siquiera se molestó en contestar, seguía con la mirada perdida... ¿Estaría pensándolo?, miré a Razz al igual que él a mí, con confusión e intriga, esperando la respuesta de la mujer.

Nos paramos en un semáforo en rojo, estuvimos esperando a que la mujer dijera algo, pero no tuvimos tanta suerte... el semáforo cambió a verde y cruzamos, -Vaya perdida de tiempo-. Luego, cruzamos un par de calles y esquinas hasta llegar a una casa puerta negra, Nº 23, la mujer se giro para mirarnos y sonrió. -Gracias por acompañarme a casa chicos. -Sonreí a modo de respuesta, Razz contestó un "No hay de qué" bastante formal y la mujer entró en la casa puerta, no contestó a nuestra pregunta... quizás no se sentía del todo segura ni con la confianza suficiente para contestarnos... -No hay ningún lugar ni nadie que te aporte más seguridad que dos vampiros.-

Miré a Razz aún con una sonrisa. -¿Y ahora qué, seguimos la visita turística o es demasiado de noche para ti? -Bromeé, la verdad es que tenía curiosidad de saber como son las noches en ésta ciudad, ¿Serían igual de peligrosas que en Italia?.

-Ja ja... muy graciosa. Cuando tu te recoges yo acabo de salir. A mi tambien me encantaría estar esta noche dando un paseo contigo. Deje que me guiara, de todos modos, ninguno de los dos hemos estado por aqui. Mientras "paseabamos" miraba todos los garitos, discotecas, pub's... ¿Pararíamos en alguno?

-¿Que tal si entramos aqui? Una discoteca, muy bien ambientada, con muchas personas...Ires Vamp Pub's. Esa discoteca me sonaba. De donde yo venía tambien había una y debajo de ella, muchos vampiros.

-¿Entramos en esta discoteca? Te gustará Pronuncié con una sonrisa pícara en mi rostro

Arqueé una ceja por lo que dijo. -Es decir, que cuando es de día, tú... ¿Sales? -Reí y le seguí con una sonrisa. Pasamos frente a algunos pub's bastante interesantes, hasta que paró en uno... "Ires Vamp Pub's", me limité a asentir con la cabeza, me aseguró que me gustaría con una sonrisa un tanto... pícara, me gusta ésa sonrisa.

Una vez dentro, sentí el aire cargado, alcohol, drogas, sexo... vicios en general, allí los humanos se lo estaban pasando en grande, cuando Razz me tomó de la mano y negó levemente, me llevó hacía unas escaleras que iban hacía abajo, yo me dejé llevar pero con la mirada perdida, quería quedarme, quería ligarme al típico niñato que perreándole 1 sola vez caería, no era por sed... si no por divertirme. Sin ninguna otra opción, bajé con Razz por las escaleras, allí me sonrió, el ambiente era distinto... las paredes eran rojas y negras, había muchos sillones y sofás y varias parejas besándose y/o mordiéndose unas a otras... me quedé con los ojos abiertos como platos, lo que daban de beber era... ¿S-s-angre?.

Cuando entre en aquel local ella se quedo impresionada por todo lo que había alli. Supongo que tambien le gustaría el piso de arriba por la sangre fresca...pero aun faltaba lo mejor. Bajamos unas escaleras y alli me encontre con un par de amigos mios.
-¡¡Razz!! Cuanto tiempo
-Es cierto Razz, ¿que es de ti?
-Nada ir de aqui para allá...por cierto esta es Cata, y Cata estos son Dániel y Robert, unos amigos mios desde hace unos años.
Hacía cerca de 20 años que no los veía, pero, no han cambiado nada. Lógico.El ambiente ese día estaba muy cargado, había mucha más gente de la que solía haber.Miré a Cata por un momento, ese era su lugar. Y seguro que el secreto de esto le gustaría más.

Mientras que yo estaba sumida en aquella bebida que tomaban como si fuera... un refresco, Razz se encontró a dos amigos suyos, al oír mi nombre sonreí. -Encantada, Daniel y Robert. -Ambos sonrieron mientras tanto yo volvía a perderme en aquel ambiente tan... extraño. No había visto nada igual, mi existencia se limitaba a cosas tan simples como bares de poca monta o calles desiertas donde es fácil encontrar algún indeseable al cual atacar, con suerte nadie le esperaría en casa o nadie le echaría de menos.

Por un instante me alejé de Razz para merodear por aquel lugar, él estaba demasiado entretenido con sus amigos para echarme cuenta, cosa que tampoco le iba a exigir, él era un conocido de pocas horas, pero en el fondo, era el único amigo que había tenido en mi existencia, en él podía confiar aún sin conocerle, algo bastante extraño... busqué con la mirada algo parecido a un baño, que por desgracia no encontré.

Cuando me adentré con mis amigos, dirigí la mirada hacia atrás. Ella no estaba. Les dije a mis amigos que me iba, en realidad era para buscar a mi amiga. Ellos se quedaron un poco anholadados. Comprensíble. Pero ella me había hecho un efecto que ni un verdadero amigo de toda una vida habría podído hacer. Ella tenía...un toque "especial"...

De ella me gustaba casi todo. Su pelo, su caracter pasota, su forma de vivir la vida... Incluido su gran capacidad para hacer amigos. Pero no me gustaba cuando me echaba el humo a la cara..., sin embargo, percibía que esa amistad sería duradera.

Me aleje de mis pensamientos para poder encontrar a Cata. Puse mis seis sentidos para encontrarla; Oido, Tacto, Olfato, Gusto, Vista, y por supuesto, mi gran don de percepcion del futuro.

No la encontraba. ¿Podría estar en el servicio? Cuando me acerqué alli, la ví, reposada en un lavabo y, como no, fumando.

Hay que ver el trabajo que me a costado encontrarte. ¿Te ocurre algo?

Finalmente, lo encontré -Gracias a dios, tengo un mono...-. Como en todos los pub's, allí estaba prohibido fumar, así que me dirigí al servicio para sacar la cajetilla donde se encontraba mi penúltimo cigarrillo. -Mierda, lo bueno siempre dura poco...-. Lo encendí con el dedo, como solía acostumbrar mientras lo sujetaba con la boca, le dí una calada muy intensa y me miré en el espejo con una sonrisa. La verdad que mis ojos color rubí eran impresionantes, aunque para cualquier humano éstos mismos les haría estremecer de miedo. Me quedé allí pensativa intentando recordar de que color eran mis ojos antes de mi transformación... marrones color miel, pero oscuros, nada fuera de lo común.

De repente escuché el picaporte del servicio, no me giré ya que desde el espejo podía ver quien era el que entraba, aunque con el olor ya sabía quien era... Razz. Por lo visto me estaba buscando... volví a sonreír, no antes de dar otra calada a mi cigarrillo. -No quería interrumpir tu encuentro con tus amigos. -Eché el humo hacía el espejo y proseguí. -¿Me echabas de menos no? -Bromeé al tiempo que daba otra calada. -No, simplemente lo necesitaba. -Dije mientras echaba el humo por la boca, claramente me refería al cigarrillo. Volví a darle una calada algo más intensa para consumirlo en mi boca, apagué la colilla con los dedos y la tiré a la basura. -Tú conoces bien éste sitio... ¿Qué se supone que hacen aquí para divertirse? -Pregunté, no quise especificar entre humanos y vampiros, ya que aquí había de todo un poco. Mientras seguía mirándome en el espejo, que más bien estaba mirando a Razz, entró una mujer muy bella, su olor era inconfundible, ella era humana. Me dedicó una sonrisa a modo de saludo y miró con sorpresa a Razz, estábamos en el baño de mujeres... la mujer entró en uno de los cuartos de baños individuales y yo me acerqué a Razz riéndome en voz baja, inaudible para la humana. -Salguemos de aquí antes de que se piense cosa extrañas. -Seguí riéndome mientras salíamos del cuarto de baño.

No pude evitar reirme cuando entro aquella mujer, sorprendiendose al verme en el cuarto de señoras pero, lo pense y me dije a mi mismo...¿¡Este baño es solo de vampíros!? Agarré fuertemente el brazo de Cata para llevarla hacia afuera y enseñarle las placas tan oxidadas que había por encima de las puertas de los cuartos de baño. En ellos se podían leer más o menos: "Servicios de Vampiros <- Señora Hombre->"
Mire ha Catalina como si hubiese pasado el Conde Dracula. -¿Lo sabrá? A lo mejor la transforman, o servira de comida.
Despues de lo sucedido, decidí salir a la pista a marcarme unos cuantos pasos de break's. Unos footwork's, varios windmill's, y algunos pasos más de los cuales no me acordaba de los nombres.
Cuando terminé de bailar, todos se acercaron para darme la enorabuena...sin embargo Catalina estaba apoyada en la barra riéndose y apartando la mirada.
Le pedí a mi amigo el pinchadiscos que pusiera una canción movidita pero para bailarla en pareja. Me acerqué sonriendo a Cata, por su expresión supe que noto lo que quería hacer. Se negó por un instante, pero varios intentos por sacarla a bailar merecieron la pena.
El baile se hizo más largo y corto a la vez. Estar bailando con ella me desmoralizó y terminamos los dos un poco mareados de tantas vueltas. Fue uno de los momentos en los que más me reí con ella.

Al salir Razz me agarró fuerte del brazo para enseñarme un cartel, en el cual se podía leer con dificultad:

Me miró con confusión y pánico. -Quizás no... con suerte no se cruzará con ninguno. -Fruncí el ceño. -¿No se supone que nuestra existencia debe permanecer... en secreto? -Pregunté.

Una vez olvidado lo sucedido, nos dirigimos hacía la pista de baile, donde la mayoría de la "gente" estaba bailando en pareja o simplemente solo, Razz quiso bailar yo me negué, a él no le importó ya que se esfumó hacía el centro de la pista -Pero que vacilón que eres Razz-. Me acerqué a la barra mientras todos observaban a Razz con incredulidad, sus movimientos eran demasiado rápidos para un humano corriente... a pesar de que entre la multitud había más de los nuestros, lo notaba en el ambiente. El camarero me atendió con una sonrisa. -Un vodka por favor. -Pedí mientras el camarero volvió con lo que pedí aunque me sonrió de una forma un tanto extraña. -Te gustará, le e dado el toque de la casa. -Dijo, yo le miré un poco extrañada y olí la bebida, le había echado sangre -Más bueno que estará-. Lo bebí despacio, saboreándolo mientras volvía a mirar a la pista, Razz había terminado el expectáculo y ahora todos le aclamaban, tenía faceta de bailarín. Me volví a girar en dirección a la barra y seguí bebiendo mi vodka tranquilamente. Al rato la música cambió, tenía un ritmo que invitaba a ser bailada, aunque mis ganas no ayudaban mucho... Razz se acercó a mi y me pidió que bailará con él, yo me negué, di otro sorbo a mi vodka como escusa pero éste se terminó, ya no me quedaban más escusas que ofrecerle, así que, finalmente accedí a bailar con él.

Una vez en la pista todo cambio, el ambiente, la música (o éso creí) todo... el baile fue bastante largo pero efímero, algo muy extraño. La gente se nos quedaba mirando asombrados, lo notaba... ésa sensación extraña en la nuca, cuando alguien te vigila. Al terminar acabamos un poco fatigados, reímos igualmente, fue muy divertido bailar con Razz, no importaba las consecuencias, ya que aquella sensación de cansancio se desvaneció al momento, al menos en mi.